16 de mayo de 2007

GALVAN

A veces voy a Galván, me siento en una piedra, cierro los ojos y me vuelve a la memoria todo aquello que viví ahí, los años más maravillosos de mi vida, entre el 46 y el 50, y veo la gente saliendo de los elevadores, los estibadores yendo a los elevadores, las máquinas haciendo maniobras, los trenes entrando con la chatas cargadas de bolsas, el balneario cuando íbamos al varadero, porque había un varadero donde nos bañábamos nosotros, cuando íbamos con otros muchachos a juntar leña, fierro, que las chatas del noroeste las tiraban ahí, juntábamos bronce, juntábamos madera, cuando íbamos con la zorrita a la estación, íbamos a buscar, que Stacco nos traía la cerveza con la zorrita, cuando en Navidad nos juntábamos todos los vecinos de Galván ahí, a cenar, me vuelve a la memoria, evoco, capaz que me quedo media hora ahí, con los ojos cerrados.

Ahora tengo que ir, la semana que viene voy de vuelta.

FESTEJO

Los sesenta y dos años de Pedro en la Argentina, los festejamos en Ferrowhite con torta de peras y pasta frola, sevenup, mate y cerveza. Habló del viaje, de los gitanos y de Galván, de los espantaloros, del barrio San Martín que antes se llamaba Barrio del Mondongo, y de un hombre que se murio el otro día (dijo el apellido) que debía ser el hijo de un taxista que en el año 54 terminó atropellado por un tren cuando llevaba a un alemán y a una alternadora de White (dijo el nombre de la mujer, también) a Los Pinos, donde había una casa "non sancta"; de los farmacéuticos de Bahía, de Marcelino Otharán y de ese ferroviario que en el 61 cuando era la huelga grande consiguio una changa justo en una casa que explotó por una pérdida de gas el mismo día que empezaba a trabajar ...

Esto nunca lo había contado, me robaron los gitanos, a mí, yo no me acuerdo, me contaba despues mi mama, estuve como tres días desaparecido, yo, un pibe que se llamaba Aurelio y otro, tres años tenía.

VIAJERO

Esta es la foto que está en el margen superior de la partida de nacimiento de Pedro, asentada en el Registro Civil de Gallegos del Río, provincia de Zamora, en el mes de octubre de 1944, cuando él tenía ya cinco años, y su familia estaba ya en plenos preparativos para venir hacia la Argentina.

Tres meses duró el viaje. Llegaron a Buenos Aires el 16 mayo de 1945.

(Pide disculpas, Pedro, cada vez que dice la fecha, por no saber a qué hora entraron al puerto)

8 de mayo de 2007

El 16 de mayo vamos a festejar

El miércoles 16 de mayo voy a traer facturas, dice Pedro, van a ser 62 años que llegué a la Argentina.

Así que vamos a festejar.

El barco en el que vino Pedro junto a su madre, su hermano Julián, un tío y dos primos, el “Cabo de Buena Esperanza”, llegó al puerto de Buenos Aires el 16 de mayo de 1945 después de casi tres meses de navegación.

Todavía era tiempo de guerra, y aunque España y Portugal eran neutrales, y el barco venía con la protección de la Cruz Roja internacional, había submarinos ingleses, un día hubo zafarrancho de combate, dice mi madre que yo lloraba!!!!

Nunca me hice argentino, un día fui a la oficina y una empleada me dijo “usted es un matalambre”, me trató mal, me ofendió, le dije “disculpe señorita” me fui, tiré todos los papeles, una cara de amargada, se debe haber quedado solterona...
Yo nunca hablé mal de la Argentina; contra los gobiernos, sí, contra la Argentina nunca, si me acuerdo de todas las canciones de la escuela: Alta en el cielo, la Marcha de San Lorenzo, el Himno Nacional.