21 de julio de 2009

Pedro Caballero en "Contigo a la distancia", por Marcelo Díaz y Nicolás Testoni

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Pedro Caballero y su participación en la obra de teatro documental Archivo Caballero, que forma parte del proyecto Archivo White, parecen haberse convertido en foco de atención, en estos días, gracias a algunas afirmaciones publicadas en un artículo de la revista virtual Planta.

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En buena hora. Desde que lo conocimos a Pedro, intuimos que su participación en actividades del museo y en particular en el proyecto de teatro iba a poner en cuestión y generar nuevas categorías para la lectura, el análisis y la reflexión sobre nuestro trabajo. Así fue.

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Sin embargo, algunas observaciones formuladas en ese artículo sobre Pedro, y más en general sobre el proyecto Archivo White resultan, para empezar, extrañas. Ya subrayé algunos de esos equívocos en "Generalizaciones que matan", en este mismo blog..


Ahora, Marcelo Díaz y Nicolás Testoni analizan con todo detalle la sección del artículo referida a Archivo White, comentan los "cuestionamientos" de los autores del artículo, y hacen explícitos (nuevamente) algunas claves y fundamentos del proyecto Archivo White acá.


Las reflexiones, reacciones y discusión que generó esta respuesta se pueden leer en, Acción Literaria,

en Ría Revuelta y en el blog de Daniel Link

También opina en su blog Marina Yuszczuk


El 29 de julio Bianco y Campetella responden acá

E.

2 comentarios:

Ana Miravalles dijo...

La respuesta de Campetella y Bianco en "para seguir el debate": Nos quedamos pensando en la respuesta de Marcelo Díaz y Nicolás Testoni, y nos tomamos un tiempo para elaborar una respuesta porque nos parecía mejor no hacerlo de manera apresurada. Primero queremos dejar en claro que la nota que escribimos no era institucional. Nombramos el lugar en el que trabajamos para explicar por qué nos interpelan algunas prácticas, que por supuesto van más allá de una institución en particular.



Abordar los proyectos nos parece positivo, ante todo, porque nos ayudan a pensar. La idea no es establecer una posición cerrada sobre ellos, sino propiciar un intercambio que incluya a más personas a la hora de plantear nuestras dudas. La nota no hace un análisis minucioso de los proyectos sino que habla de ciertos aspectos que tienen en común y que nos permiten ver una tendencia que se viene desarrollando en el campo cultural y que excede los proyectos en cuestión. Claro que todos ellos tienen diferencias entre sí, y que incluso hay otros proyectos que podríamos asociar a esta tendencia.



Quisimos abrir una discusión en torno a este tema y nos encontramos con descalificaciones personales fuera de lugar, cuando la intención del texto era propiciar un intercambio. La puesta en común de reflexiones y diferencias de criterios en el ámbito de la cultura no es una práctica habitual en Bahía Blanca: tal vez la ausencia de una tradición de debate hizo que la nota sea leída desde un tono agresivo que no pretende tener. Esta es una oportunidad para empezar a charlar algunas cosas. Vamos a retomar algunas ideas que tal vez sea necesario aclarar para seguir el intercambio.



Arte y reconciliación intenta plantear una relación compleja entre las personas de un lugar y la sociedad en la que viven. Una relación compleja no es, justamente, una relación mecánica o reduccionista: la sociedad no puede pensarse al margen de las personas, de su creatividad, de su capacidad para inventar usos distintos para las cosas, modificar aspectos de su entorno, etc. pero esas particularidades son parte de una sociedad. Se vuelven singulares cuando son separadas de esa relación dinámica con lo social.



La nota no pretende impugnar una forma artística particular ni aun la capacidad del arte para abordar la realidad. Es más, creemos que el arte muchas veces ha podido y puede abordar ciertos temas sociales, incluso mejor que algunos debates intelectuales. Se trata de preguntarse por los modos en que esto ocurre.



Nos tomamos tiempo para volver a plantear puntos centrales de la nota. Admitimos inclusive que algunos párrafos no estaban lo suficientemente claros, pero tampoco nos parece que hayan sido rebatidos con claridad. Los puntos centrales podrían volver a enunciarse así: la hermosura como operación del observador y no como una propiedad del paisaje, el énfasis puesto en la subjetividad de la persona suprimiendo su relación con la sociedad, la idealización del pasado (personal y social), la poca efectividad social de un proyecto dirigido principalmente a desarrollar nuevos temas en el arte. Y tal vez sea necesario seguir por el título, “Arte y reconciliación”. ¿Reconciliación entre qué? No solamente entre clases sociales distintas sino también entre un pasado idealizado y el rol que los sujetos cumplieron en él.



Un argumento que nos parece interesante es el que sostiene que la relación entre lo particular y lo general viene dada por el contexto en el que se insertan las obras: en el caso de Archivo White, el espacio del museo, las fotos, carteles, folletos, videos de inicio, entradas en los blogs, etc. formarían parte de las obras que componen el ciclo. No es que no hayamos visto ese contexto. Estuvimos ahí. Pero creemos que ese es un contexto que queda diluido frente a la espectacularidad del sujeto. Sí, el problema es complejo, sigamos....

Ana Miravalles dijo...

Esto publicó hoy Luciano Campetella en su cuenta de Facebook:

"el peor escrito que escribí en toda mi vida se llamó "Arte y Reconciliación" (Lucia Bianco y L. Campetella, en Revista Planta, Año 2009). La contrarespuesta fue peor aún. Ahora son ellos (nótese que acá no uso lenguaje inclusivo) los que tienen que reconciliarse -ponele- con los que la tienen clara, como intelectuales y como seres humanos, que es lo más importante, al fin y al cabo." 18-8-2018